12 Lo que el mar no devuelve

© José Manuel Alfaro

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De repente, un golpe fuerte, como el estruendo de un cañonazo, derribó la puerta.
   ⎯¡Vamos, arriba! ¡Subid arriba!
   ⎯¡La abuela, por Dios! ¡...la abuela!
   ⎯Ya me ocupo yo ¡Subid arriba!
   Enseguida, la tromba de agua sucia que entra invade cada rincón de la casa, como una lengua inmensa que golpea las paredes y los muebles de la planta baja; viene cargada de arena y limo, de pájaros muertos, de troncos y ramas. Él corre hasta la cocina, donde la abuela está de pie, paralizada, con las manos en la cara tapándole la boca, impidiendo el grito que brilla en sus ojos, abiertos como charcos donde se refleja el desastre. Él la coge con firmeza para sacarla de allí y ayudarle a subir a la planta de arriba, donde están los cuartos.
    ⎯¡Vamos, madre! ¡Agárrese a mí! ¡Agárrese fuerte! ⎯y suben los dos la escalera, dejando abajo un pantano de lodo que todo lo mueve y donde ya nada es lo que era.
    Arriba, las niñas están asustadas, agarradas entre sí y a la falda de su madre, pegadas a sus piernas, que tiemblan. Las tres buscan con las suyas la mirada de él, preguntándole. Él no puede mirarlas y se acerca al balcón. Afuera apenas se ve nada; las farolas de la calle se han apagado y ni por las ventanas de las casas ni por las puertas abiertas como bocas negras sale luz alguna. El ruido es insoportable, como un bramido que todo lo invade, donde el sonido de los cristales que se rompen y el de los tejados que se levantan destrozados por el viento parecen lejanos.
    Cuando amaina, un helicóptero sobrevuela la zona. Lleva encendido un foco grande de luz blanquísima que se mueve en el aire como un bastón gigante que tantea la noche. Es entonces cuando a él le parece haber visto la figura de un hombre que se debate arrastrado por la corriente. No le ha dado tiempo de reconocerlo, y prefiere que haya sido así.
    La abuela se aproxima a su hijo por la espalda, sin llegar a rozarlo, y sus ojos contemplan atónitos lo que no puede creerse. Cuando el haz de luz recorre la fachada, el cuarto se ilumina un instante y las figuras de los cinco, quietos y fríos, parecen de mármol. De la casa salen muebles y enseres, atropellados en un vómito oscuro que no cesa; es entonces cuando la abuela reconoce la silla de madera, que flota y se aleja, quebrada, hacia el mar. Se la hizo su marido para regalársela cuando aún no estaban casados, y en ella ha pasado media vida, sentada a la puerta, cosiendo a mano la ropa de todos.

©  Manuel López Rey

Comentarios

  1. Recomendación: antes de leer el texto, pulsar sobre la fotografía; observarla detenidamente; luego pulsar atrás en la barra de navegación; ahora leer la historia.
    Se aceptan y agradecen todos los comentarios.

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  2. Bonita captura y bonita historia, sin esta narración la silla no tendría "su lugar" en esta toma. Una vez leído cobra todo sentido,armonía y cada cosa está en su lugar, sobretodo la silla que deja además, una historia abierta para que cada uno la complete.
    Estos días he recorrido muchas playas del Parque y es impresionante el rastro dejado por riadas y tormentas. Saludos.

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    1. He podido disfrutar de esas fotos tuyas en Photovida, donde inmortalizas con buena técnica y mucha belleza ese rastro que las riadas dejaron en estas playas del Parque. Gracias por leernos y comentar. Saludos.

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  3. por Dios Manuel, que texto más perfecto, si me parece estar viviendo una realidad propia.
    Cada vez los textos que escribes, por lo que a mí respecta, no se como decirte lo que me dejan anímicamente,una sensación dolorosa, la abuela por momentos me parecía que no se salvaba que se le safaba de los brazos y así una sensación tras otra hasta el final la silla como si fuese el marido que se lo lleva el agua.
    Solo puedo decirte, que eres el águila que llegó a la cumbre de sus anhelos

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    1. Muchas gracias, Ángela; con lectores como tú da gusto; porque eso es lo que ha de conseguir el texto literario, que el lector "sienta" lo que el texto cuenta. De verdad, gracias por leerme con tanta devoción. Saludos.

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  4. Que te voy a decir que no te haya dicho ya. Todo es fantástico, la foto, la historia. Pero sí una cosa, en mi opinión, me parece la historia y la fotografía mejor relacionadas de todas las contadas en este trabajo. No sabría que se hizo primero, si la foto para el relato ó el relato para la foto. Una vez más es un placer. Enhorabuena a los dos.

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    1. Muchas gracias, hermana. Como sabes, siempre las fotos son primero y además yo no las conozco hasta que Alfaro me la envía; luego viene la historia. Comprendo que esta te haya parecido de las mejor relacionadas; creo que es porque la presencia de la silla es evidente y chocante, por lo que a todo el que observe la foto le quedará fijada en su mente; por otra parte, el mismo objeto aparece también en el relato en el lugar que con más facilidad se recuerda: el final. De esta manera se superponen la imagen de la silla y la palabra "silla" escrita en el texto, y esto les otorga un fuerte vínculo, lo que da esa sensación de relación óptima de la que hablas.
      Un abrazo grande.

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  5. Hay algunas frases que erizan los pelos. Me construí a todos los personajes con suma facilidad; me identifique con el miedo que podían pasar los niños, con la abuela como libro abierto de muchas tormentas pasadas. Una vez más la historia es magnífica, al igual que la foto. Un saludo y a seguir creando.

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    1. Muchas gracias, OsicrAn; me alegra comprobar por tu lectura que los personajes "viven"; como bien sabes es de lo más difícil en el relato, y si tengo como extensión un tope fijo (aquí, una página), las cosas se complican aún más. Por otra parte, aquí se hacía imprescindible colocar "la silla" y llenarla de significado. En fin, que ha sido uno de los relatos en los que más he trabajado. Gracias por leerlo con tanta atención. Saludos.

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  6. Amigo Manuel, tu relato me causó impotencia. Viví el momento como si estuviera ahí. La visión de la silla es como un símbolo de que la vida se les fue en segundos, y sin posibilidad de rescatarla. Además, la fotografía es magnífica, y junto a tu relato conforman una historia por demás fenomenal.
    Felicitaciones amigo, siempre es un gusto enorme leer tus geniales líneas.
    Un abrazo,
    Rafael

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    1. Gracias, Rafael. Yo también disfruto con esos magníficos artículos que publicas; además, como si nos conociéramos, estoy de acuerdo con la ideología que conllevan.
      Efectivamente, cuando acometí esta historia quería contar sobre esa "vida" que perdemos cuando todo lo nuestro desaparece en una catástrofe, aunque no perdamos la "vida". Saludos desde España.

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  7. La foto es impresionante, la resaca casi siempre es dramática, porque habla de cosas arrastradas por el agua, que no se fija en sentimientos. El texto es algo perfecto, de lo mejor que te he leído, Manuel. Describe todo con exactitud, personajes, sentimientos, tragedia...y uno puede meterse en la historia y sentir que el agua le roza los pies, y la oscuridad se le mete en el alma. Un abrazo.

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    1. Joder, Hugo, que comentario más bonito. Muchísimas gracias. Saludos, amigo. (Repito porque no pulsé replay y quiero que sepas que te he respondido).

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  8. Joder, Hugo, que comentario más bonito. Muchísimas gracias. Saludos, amigo.

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  9. Brillante, como de costumbre. La vida esta llena de objetos que están ligados a recuerdos. El mar se llevó esa silla y con ella parte de los recuerdos de una vida.

    Un abrazo.

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    1. Gracias, Vero, por tu lealtad a todo lo que publico. Un abrazo muy grande.

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  10. Aunque reconozco que la foto es muy impactante, tengo que decir que no me gusta. Y es que la silla se come la foto, la convierte en anécdota. Pero luego viene Manuel y escribe esta historia y todo coge sentido. (Algo así me ha parecido entender en el comentario de Juan Merkader) Una historia magnífica donde, como siempre, cada palabra, cada frase, está cargada de significado; una puesta en escena brillante; un ritmo trepidante; los sentimientos a flor de piel y tan verdaderos que a veces da miedo leerte. Enhorabuena por este trabajo tan conseguido.

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    1. Gracias, Rasta. Ya me he dado cuenta de que esta foto está resultando controvertida; y que a la mayoría les parece que estamos ante la conjunción imagen/relato más acertada. Tendría mucho que decir al respecto. De momento, solo reiterar que considero que parece la de mayor o mejor relación simplemente porque el objeto "silla" es el protagonista claro en la foto (nadie lo pone en duda) y a su vez es el "tropo" más significativo en el relato.

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  11. Gracias a todos por vuestros comentarios.
    La elección de realizar la toma con la silla es por dos motivos: el primero porque nunca altero el escenario que fotografía y segundo porque compositivamente la vista del espéctador se va directamente a la silla, por ser el punto blanco de la foto y porque el encuadre elegido hace que esté en un punto fuerte de la escena.

    Sin silla no habría historia, y la foto no es del paisaje, es de la silla, que es la protagonista.

    De nuevo gracias por seguir aportando tanto a nuestro trabajo

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  12. Cuando vi la foto me pareció un tanto surrealista; hasta pensé que por ahí iba a ir la historia y que hasta nos iba a sacar unas risas. Pero a Manuel ya sé que lo que le interesa en literatura es la parte más amarga y profunda de las cosas. La historia es de 10 y la foto también. Felicidades chicos (Alfaro, envíale una foto de un payaso o de un espantapájaros, a ver si este por fin nos hace reír)

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    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    2. Jajajaja, cuidado no vayamos a llorar todos con ese payaso. Gracias, Victor, por comentar; la verdad es que ni la ironía ni el humor son "palos" que me interesen a la hora de escribir, lo que no quiere decir que no los valore en la literatura de otros. Saludos.

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  13. Otra página y otro 10. La hsitoria es de las que más me ha gustado, un cuento en toda regla. No he podido dejar de pensar en esa pobre gente que lo pierde todo en las catástrofes naturales, que no aparecen como víctimas en la estadística pero que igualmente lo son, cuando las tormentas o los terremotos les dejan sin esas cosas que representan sus vidas.

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    1. Gracias, Rosa. Espero que continuemos haciendo páginas que resulten interesantes y despierten la imaginación del observador/lector. Saludos.

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  14. Begoña Antunez Beg.A27/11/12, 18:30

    Me gusta...mucho. Me he quedado con ganas de mas, aunque en realidad estaba todo dicho, y un escalofrio recorre toda mi espalda al leerlo. Tan breve y tan completo. Tan crudo y tan tierno. Bravo!!!

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    1. Gracias, Bega. No sabes lo que me alegra encontrarte aquí. Espero que te hagas seguidora de este blog y que podamos escuchar a menudo tus opiniones, y deseo que continúes como siempre volando por encima de las nubes para traernos a todos esas estrellas que plasmas en tus cuadros. Un abrazo grande.

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  15. Somos constructores de sillas y creadores sueños, tan pronto nos sentimos dioses… Y
    llega la naturaleza y nos coloca en nuestro lugar. Perfecto tu relato, no sólo describes una situación real, angustiante según uno va avanzando en la lectura, contagiosa.
    Ya como simples humanos, nos quedamos con la mirada perdida en esa silla, en esa palabra que se lleva los recuerdos de lo que otrora fue vida. Enhorabuena Manuel.

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    1. Gracias, maestro. Tus comentarios siempre enriquecen mi trabajo. Saludos.

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  16. Amigo Manuel: narrar lo cotidiano hasta rozar lo más hondo de la tragedia humana y sus consecuencias, es elevar a lo más alto la intención última de la palabra.
    Sencillamente, genial. Mi enhorabuena.
    Un abrazo

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    1. Muchas gracias, Lorni. Tus apreciaciones son tan sublimes y de tanta altura, que me da vergüenza responderte que precisamente lo que trato de alcanzar cuando escribo es eso, solo que yo lo nombro así: "llegar a los más profundo con la intención de la palabra". Tú sabes muy bien, porque conoces mis publicaciones, que en mi prosa toda palabra y el órden en el que aparezcan escritas están largamente estudiados; que soy de los que corrige, corrige y corrige; de los que se pelean con el lenguaje a sangre, en busca de la forma en la que las palabras digan y hagan lo que pretendo; y lo que pretendo es lo que llevo dentro, lo que vivo en ese momento, que no es menos verdad porque lo viva con la imaginación (siempre que a la imaginación se la haya educado para servir de herramienta verdaderamente útil a la hora de escribir). Tú sabes de lo que hablo. Otra vez, muchas gracias por leerme con tanta atención. Saludos.

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    2. En literatura, Manuel, la palabra "verdad" va mucho más allá de lo real y palpable. Significa mostrar con sinceridad a los demás aquello que en la imaginación se crea. Buscar la forma adecuada a base de corregir y corregir, no es más que hacer uso - el mejor y el que todos deberíamos emplear siempre - del instrumento que tenemos a nuestro alcance, para que esa verdad sea creíble: tus relatos, Manuel, respiran verdad por todos sus poros.
      Es un placer leerte, ya sabes.
      Saludos.

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    3. Querida Lorni, es tan exacta tu definición de "verdad" que me la guardo en mis notas; es lo que siempre he querido decir al habla de "verdad en literatura" y siempre me he apresurado o se me han amontonado las ideas y sus matices de tal forma que no había conseguido concretar. No sabes lo importante que resulta para mí hablar contigo y que me digas que mis relatos "respiran verdad" después de definirla como lo has hecho, porque eso es lo que siembre he buscado o, al menos, siempre he huido de lo contrario. Un abrazo muy fuerte y gracias; muchas gracias por el estímulo que suponen tus palabras, ahora que estoy enfrascado en una novela con la que sinceramente paso momentos horribles lleno de dudas. Saludos.

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    4. También es importante para mí, Manuel, tener un interlocutor como tú. No siempre se encuentra uno a alguien que no sólo aporta grandes cosas con sus críticas y apreciaciones, sino que también tiene la capacidad de admitir y recibir con humildad lo que otros le puedan aportar.
      Ah,deseando estoy de comprobar qué se esconde detrás de esas páginas que estás escribiendo. A pesar de la dificultad que ello entraña, estoy segura de que saldrás airoso de todas los escollos que te salgan al paso.
      Mucha concentración y mucha suerte. Un abrazo.

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  17. Cuando la desgracia se lo lleva todo, es esombroso como un pequeño objeto, te trae al recuerdo, la nostalgia de lo que has amado y por lo que has luchado toda una vida, con la esperanza que conlleva que al menos tus seres queridos siguan a tu lado.
    Buena fotografía que junto con el relato, se convierte en escalofriante y genial, y deja paso a todo un mundo de imaginación por delante.
    Un saludo

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    1. Como creo que ya dije en otros comentarios, ese objeto, esa silla, es el foco de atención de la foto; por lo tanto tenía que cargarla de significado en la historia. Me alegra comprobar cómo todos los que han comentado consiguen "una nueva mirada" para la foto después de leer la historia. De eso precisamente va este proyecto. Gracias por comentar. Saludos.

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  18. A mi me gustan la foto y la historia. Creo que no es nada fácil encontrarse con esa estampa, y me parece muy bueno haber dejado el agua en movimiento para que la silla adquiera protagonismo junto a las rocas. La historia es sobrecogedora. Felicidades

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    1. Gracias. Yo también creo que la foto tiene su dificultad, y que la estampa, como dices, no es muy fácil de encontrar. Saludos.

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  19. Lo leí hace tiempo y los últimos tristes acontecimientos han provocado que me vuelva a recrear, de nuevo, en este relato. Me encanta, en mi humilde opinión la foto da continuidad a la historia y , con nuestra subjetiva imaginación, la podríamos acabar también. Donde yace la silla, en un mar aparentemente en calma, también reposan los recuerdos y las historias, expuestas a un súbito acontecimiento que puede cambiar la vida en un instante. Felicidades Manuel.

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