16 Jubilado


© José Manuel Alfaro

Se acerca hasta aquí cada mañana, en un paseo tranquilo por esta tierra que tanto ama, hasta que divisa la fábrica. Entonces se detiene y la observa desde lejos, como si la estuviera espiando. Podría mirar hacia otro lado y ver muchas otras cosas, pero sus ojos se fijan en las columnas de humo que ascienden desde las altas chimeneas de los hornos de fundición, que lo hipnotizan. No le resulta difícil imaginar el resto; sabe lo que está ocurriendo dentro, hasta siente el mismo calor y el sabor metálico en el cielo de la boca y vuelve a maravillarle el río incandescente del mineral fundido. Y es que en esta siderúrgica ha trabajado desde joven, desde antes de casarse con Adela, incluso desde antes de conocerla. Y luego, toda la vida.

A fuerza de trabajo y de horas, ha sacado la familia adelante. Tiene cuatro hijos varones que ya vuelan solos; que ya han volado hace tiempo y solo vienen tres o cuatro veces al año. Y se alegra; se alegra por ellos, que cree que son más listos que él porque tienen estudios y mejores trabajos que el que él ha tenido. Sí, se alegra por ellos; pero ahora que se ha jubilado y está aquí, de pie, mirando la fábrica, no entiende nada.

Retoma el paseo de vuelta. Adela ya tendrá la mesa puesta y estará esperándolo. Sonríe para dentro mientras pasan por su mente cientos de imágenes, de recuerdos de niños corriendo, de olor a repollo, y se mira las manos y ve que tiene las uñas blancas. Lo que hubiera dado por tenerlas así cuando acarició la cara de Adela después del primer beso; entonces las tenía ya negras, y también por fuera, por los bordes, siempre negras, como habría de verlas toda su vida; con ese olor a grasa y acero al que estaba acostumbrado porque de las manos no se le iba nunca.

Se detiene un momento y gira la cabeza; echa otro vistazo a las chimeneas y juraría que antes, cuando él trabajaba, echaban más humo.
© Manuel López Rey

Comentarios

  1. Recomendación: antes de leer el texto, pulsar sobre la fotografía; observarla detenidamente; luego pulsar atrás en la barra de navegación; ahora leer la historia.
    Se aceptan y agradecen todos los comentarios.

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  2. Gracias Manuel, como siempre me encanta tu cuento, que se complementa y aporta vida a mi foto a la perfección

    Un beso

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    1. Gracias, colega; eres tan bueno que haces fácil mi parte en este trabajo. Besos.

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    2. Enhorabuena a los dos. Texto y fotografías perfectos. Me ha estropeado un poco la mañana tanta angustia y tanto gris; pero es una delicia lo que hacéis.

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    3. Gracias, Tri, también es una delicia escuchar esto de tu boca. Saludos.

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    4. “pero ahora que se ha jubilado y está aquí, de pie, mirando la fábrica, no entiende nada.”
      El sentido de la vida. Después de todo, no ha sido mala vida la del jubilado. Cuatro chicazos a los que ve tres o cuatro veces al año, y claro que se alegra por ellos ya que vuelan solos. Una mujer a la que sigue amando que le espera en casa con la comida. Un montón de recuerdos… momentos buenos y malos, porque la felicidad se nutre de esos momentos discordantes; de todos los olores y colores está plagada una buena vida. La suerte de haber podido llegar a la jubilación, al descanso del guerrero, que lo tiene bien merecido.
      ¿Qué no entiende nada? Supongo que con la edad llega la espera y todo empieza a carecer sentido, hasta que miras atrás…
      La foto, espectacular. Acompaña bien al jubilado.
      Un placer ver y leer. Saludos.

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    5. Gracias por leer y comentar. Has dado en el clavo, como siempre. En esa frase que entrecomillas está todo el relato, o al menos esa fue mi intención. Y es que quizá, de la vida, nada haya que entender; ahí está el eterno dilema del sentido de la vida. Saludos.

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  3. Pero no sólo de pan vive el hombre, ni de recuerdos, ni de una mujer u hombre y unos hijos. La vida se le ha escapado entre esos dedos, ahora con uñas blancas, luchando cada día por lo que le enseñaron era su deber. Claro que podría mirar hacia otro lado, como antes pudo hacerlo y no fue así, sólo tiene ojos para ese humo, menos denso, porque se confunde con el horizonte gris con el que se conformó. Así no hay manera de entender, aunque bien pensado, ni siquiera merezca la pena, la vida rara vez concede segundas oportunidades.
    Buen trabajo, enhorabuena a ambos.

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    1. Desde luego, con lectores como tú es un placer escribir. Creo que has estado dentro de mi cabeza; ni yo mismo podría sintetizar mejor lo que pretendí al escribir esta historia. No en vano eres tan buen escritor. Gracias, Oscar. Saludos.

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    1. Me olvidaba de felicitaros por la foto y el texto. Magníficos ambos. Enhorabuena Alfaro y Manuel. Un abrazo.

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  5. Añoranza y nostalgia cien por cien, por lo que a sido su vida y por lo que no pudo ser, y el orgullo por haber conseguido que los suyos sean "más listos que él"
    Saludos

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    1. Quiero más lectores como tú (jajajajaja). Gracias.

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  6. La foto es grandiosa. No me explico cómo lo haces para ver esta historia. El caso es que el resultado no puede ser mejor. Un jubilado que nos lleva a plantearnos el sentido de la vida; una vida de trabajo duro, de familia que acaba desperdigándose, el sin sentido de la existencia... Buenísimo. De puta madre. Esto se pone cada vez mejor.

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    1. Y lo que queda... (jajajjaja). Espero que no defraudemos a nadie. Gracias y saludos.

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  7. Muchas gracias a todos por seguir y aportarle más valor a nuestro trabajo
    Sin vosotros esto no funcionaría

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  8. Estoy de acuerdo con todos los comentarios. Parece increíble que la foto de una fábrica pueda sugerir esta historia tan profunda.

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    1. Gracias, Iovana. Considero que el escritor tiene que saber encontrar el lado literario de cualquier asunto, ya que detrás de cualquier mirada hay todo un mundo, siempre está el hombre. Y sobre el hombre va la literatura. Saludos.

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  9. Mirar hacia atrás es encontrarse con uno mismo. Mirar alrededor es saborear el presente con todos sus aromas y sabores. Mirar el futuro es constatar que la vida ha merecido y sigue mereciendo la pena.
    Un "tanden" perfecto Alfaro y tú, Manuel. Gracias por seguir descubriéndonos tantas cosas con la imagen y la palabra.
    Un abrazo

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    1. Gracias a ti por leer y mirar tan detenidamente nuestro trabajo. Tus comentarios siguen siendo magníficos resúmenes que seguramente ayudan a descubrir lo más oculto del texto; hay veces que leerlos me da miedo; es como si hubieras estado en mi cabeza cuando escribo.

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